Definición


Si se genera abundante vapor (lo que depende de la velocidad de aplicación, tamaño de las gotas y temperatura del fuego) el aire puede ser desplazado.

Al pasar del estado líquido a vapor, dicho volumen desplaza la fracción de aire equivalente sobre la superficie del Fuego, reduciendo la cantidad de oxigeno disponible para la combustión y en consecuencia, el fuego puede ser extinguido. (Esto no aplica para llamas autónomas o premezcladas, es decir que tienen oxígeno)